Capítulo III
Messina
Nos tomamos el primer cappuccino de la mañana en la piazza del duomo. Ocultos tras la fontana di Orione, espiamos la torre inmensa que escolta a la catedral de Messina. La magia se hace presente al aparecer majestuosos por el este los gigantes Mata y Grifone, a lomo de sus caballos blanco y negro de papel maché. Me besas las risas, al verme disfrutar como una niña que observa cándidamente una pantomima.
Mientras la marea de lugareños y turistas se arremolina alrededor de la comparsa, tú y yo nos deslizamos sigilosos hasta el recinto sagrado. Albergamos creyentes la esperanza inocente de vivir una experiencia religiosa entre sus muros consagrados.
Advertisements